París con niños

¿Y si nos vamos a París? pero con niños ¿no será un lío? ¿No se cansarán? 
Pues, todo es como te lo tomes. Evidentemente no puedes llevar el mismo ritmo que si vais solo adultos pero creo que vale la pena llevarlos. 
También es cierto que nosotros ya habíamos estado en París, y sin niños, así que no teníamos esa presión de ver esto o aquello...



Fuimos tres días completos, el primero lo que hicimos fue coger el Batobus, ya que nos parecía que hacer un recorrido en barco con los niños es una forma estupenda y divertida de recorrer el centro de Paris, y acertamos. 
Cogimos el Batobus que pasa por los principales puntos turísticos de París, se podría definir como un autobús turístico flotante, donde en cada parada podemos detenernos el tiempo que queramos y esperar al próximo barco para seguir la ruta. El precio por día es de 17 € adultos y 8 € los niños. Las niñas no se cansaron porque el trayecto lo haces en barco y sin agobios.



En este recorrido el barco da la vuelta rodeando la estatua de la Libertad que a las niñas les gustó ver y a nosotros también porque fue una de las cosas que no vimos en nuestro anterior viaje.



La primera parada fue para ver la torre Eiffel. Cuando fuimos apenas había colas, pero sí mucha seguridad. Está cerrada la parte inferior de la torre y para entrar hay que pasar por un detector de metales. Al menos eso era así este verano del 2016. Debajo de la torre tienes lavabos y un par de puestos de comida y bebida rápida.


Las entradas para la subida a la torre puede ser, o bien para los tres pisos o solo para el primero y el segundo. También se puede subir andando si os animáis a subir los 704 escalones que hay hasta la segunda planta. Los precios de las entradas también varían según los pisos a los que quieras subir y se pueden coger por internet, aunque nosotros las cogimos en el momento porque era temporada baja pero creo que en determinadas épocas no te la puedes jugar.


Después de la torre podéis pasear por los Campos de Marte para haceros la foto con la torre al fondo. El Parque del campo de Marte, es el jardín ubicado a los pies de la Torre Eiffel, donde se encuentran varias zonas de juegos para niños, tambien hay kioskos para merendar.


Y de ahí otra vez al barco. Agradeceréis sentaros un rato para dar otro pequeño recorrido. Nosotros llevamos a las niñas al Museo de Orsay, donde vieron a los impresionistas además de disfrutar de un concierto que justo había cuando fuimos.



Otro día nos dividimos, y mientras mi marido iba con la mayor al Museo del Louvre, yo me fui a la catedral de Notre Dame con la peque y los abuelos. Queda más o menos cerca una cosa de la otra y además, teníamos el apartamento por allí así que, nos pasamos la mañana cada uno por nuestro lado. 
La verdad es que en el Louvre lo pasaron muy bien, la parte de Egipto le impresionó mucho, y creo que con ocho años ya se puede dedicar una mañana a ese museo.


Nosotros, por nuestro lado fuimos a la catedral de Notre Dame, cuya entrada es gratuita, y nos gustaron mucho las vidrieras. Al salir dimos un paseo por el Sena, visitanto la famosa librería de Shakespeare and Company que queda justo enfrente.

Otra librería a la que le teníamos ganas y por fin conocimos fue la de "Le petit Prince", en  la rue Gregoire de Tours, 8, 75006, no queda lejos, se hace bien a pie aunque aquí las niñas ya estaban cansadísimas.


Esa tarde, después de comer, nos fuimos por la zona de Las Halles, aunque estaba en obras y no pudimos verlo, pero hay un parque para los peques enorme. Por esa zona también está el museo Pompidou en el que entramos para verlo y como era la hora de merendar nos fuimos a la zona de la cafetería. Es para gustos, pero a mí este edificio me gusta y así las niñas veían otro tipo de arquitectura.


De ahí, seguimos por el barrio de Marais, hasta la Plaza des Vosges que es un rincón muy bonito y es la plaza más antigua de París. Allí las niñas jugaron en unos areneros hasta que empezó a oscurecer y cerraron las puertas. Fue muy gracioso, porque oímos un silbato pero no sabíamos que era, vimos que toda la gente empezaba a irse y eso hicimos. Cuando llegamos a las puertas ya vimos que un encargado cerraba todas las puertas, vamos que si nos despistamos nos quedamos dentro!


Al día siguiente queríamos ir a los jardines de Luxemburgo así que, allá nos fuimos dando un paseo paralelo a la Universidad de la Sorbona. Hacía muy buen día, y decidimos alquilar uno de esos barquitos de madera que puedes hacer navegar en el estanque central. Fue divertido, la verdad, y las niñas lo pasaron genial.




El parque es enorme, tiene un huerto, invernaderos, estatuas diseminadas por todo el parque...(hasta una estatua de la libertad! ya sólo nos queda ver la de Nueva York ;) Para los niños hay muchas opciones, columpios, ponis, canchas de tenis...



Eso si, para acceder al parque infantil hay horario y tarifa. Nos quedamos alucinados! el parque es grande y está bien cuidado pero no sé si eso justifica el precio. En este parque no hay columpios, están en otro en el que también tienes que pagar si quieres entrar!!


Lo de los ponis es algo que a mis hijas les llamó la atención, hacen un recorrido pero no sé por donde ya que no lo probamos. 



Asi se nos pasó la mañana, y como veis, es diferente ir con niños que solo con adultos, pero nosotros pensamos que es mejor así, hacerlo con calma y que no se les haga pesado. Además, esa tarde teníamos pensado subir al Sacre Coure, así que había que coger fuerzas.

Fuimos en metro, que nos dejó cerca de la entrada. Nada más ver el tiovivo quisieron montarse, es de dos pisos y me recordó tanto a la película de Amelie que no pude negárselo. Hasta me monté yo con ellas con la excusa de que la pequeña quería ir conmigo en el segundo piso.








Esa tarde, paseo por Montmatre y admirar las obras de los pintores en la Place du Tertre. Me encanta ver, sobre todo los retratos que hacen a los visitantes, había alguno que parecían más fotografías que pinturas.




Esa tarde merendamos allí una crepe de Nutella que aún no las habíamos probado. Yo, las recordaba de nuestro primer viaje a Paris y a las niñas les encantó, se relamían y todo jajajajaj...


Bueno, ya veis que se puede viajar con los peques y disfrutarlo todo, aunque de otra forma, es cierto. Y es que nuestros hijos crecen muy rápido así que, hay que disfrutar cada momento y verles la cara cuando ven todas esas maravillas que nos ofrece París.

No quiero decir que no se cansaran, que lo hicieron, pero también es cierto que nosotros alquilamos un apartamento muy céntrico, lo que nos dio la opción de poder hacer las comidas allí y así las niñas descansaban un poco, y ahorrábamos claro.


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